La cocina se reimagina en un espacio único que se funde con el salón y el comedor. La vida del espacio gira en torno a la isla, donde se come, se disfruta y se trabaja. Es un lugar de encuentro social donde comienzan todas las reuniones y celebraciones. Para ello, la zona de trabajo está oculta, lo que permite ser flexible, orientando la habitación según lo exija el espacio, ya sea para trabajar o para irradiar el espacio hacia los invitados.

Las estancias consiguen trabajar juntas y permiten que las personas y los espacios se relacionen y conecten entre sí, con la flexibilidad de poder conformar y redistribuir la zona de día según las actividades y las necesidades que se requieran en los distintos momentos.

Las incidencias y tonalidades de la luz durante las diferentes horas del día consiguen sacar el máximo partido al espacio recreando diferentes escenas y ambientes gracias al uso de colores neutros, materiales y texturas. Es una táctica que sigue toda la iluminación arquitectónica y decorativa.

Todo el mobiliario es contemporáneo, con piezas icónicas incluidas para dar personalidad al espacio.

El suelo de madera y la piedra natural son los materiales que adquieren mayor relevancia en el espacio; ambos materiales son los encargados de mantener la armonía y homogeneidad en todas las zonas.